Dependiendo en la época del año en la que nos encontremos salir con la moto es casi un deporte de riesgo. Por eso hemos recopilado algunas de las mejores circunstancias que se te pueden presentar y cómo afrontarlas con éxito.
Primavera y su lluvias.
En Abril ya lo dicen, ¿no? Pues sí, estamos hablando de nuestro elemento amigo, el agua, que a veces ya no lo es tanto, sobre todo cuando circulamos, en ese instante las reglas del juego cambian, vamos a ver cómo.
La acción del agua en la moto es fundamental entenderla, como elemento líquido que es, sabemos que se introduce por todos los huecos habidos y por haber.
- En los frenos podemos mitigar su efecto si tenemos unas pastillas de freno especiales para suelo mojado.
- En los neumáticos hablamos de tenerlos en buenas condiciones para poder evacuar el agua correctamente y no te olvides revisar su presión.
- Vigilar los metales para evitar corrosiones es una práctica que debemos realizar para asegurarnos el buen funcionamiento de todos los elementos metálicos que puedan verse afectados.
- Accesorios como una funda para el sillín, paramanos, manoplas, cubrepiernas o puños calefactables son una buena forma de salvarnos de cualquier situación con agua.
Tips de pilotaje:
- Distancia de seguridad doble.
- Las primeras gotas son siempre las peores
- Aumenta tu superficie de agarre
- Evita tumbarte en las curvas
- Haz frente al aquaplaning
El verano y el calor sofocante.
La mejor época del año sin duda para los amantes del asfalto a dos ruedas, sin embargo no podemos confiarnos ya que los elementos están ahí y hay que tenerlos en cuenta.
Además de las “trampas” que podemos encontrarnos tenemos que tener un extra de precaución a las condiciones a las que se somete el asfalto, hablamos de cómo se derrite bajo nuestras ruedas y provoca hundimientos en ciertas zonas provocando situaciones potenciales de riesgo o si se crean socabones o grietas. No en vano el suelo que pisamos es el mayor problema para los conductores
Otoño y sus hojas.
La caducidad de las hojas de algunos árboles es uno de los mayores riesgos que entraña disfrutar de la carretera en Otoño, cuando la mayoría está pendiente de toda esa gama cromática que nos muestra la naturaleza, nosotros no dejamos de mirar al suelo.
Y es que allí están cientos de miles de hojas que se posan en la carretera, parecen inocentes, sin embargo no están exentas de peligro. Hay que pensar que debajo de cada hoja no sabemos qué es lo que hay debajo, agua, nieve, un bache, un excremento o una línea de la carretera.
Es casi poético pensar en que la circulación va creando esa trazabilidad en la carretera, pero es muy importante seguirla para asegurarnos de que estamos pisando “suelo firme”, las hojas son traicioneras y podrían provocar descontrol del manejo de la moto sobretodo en zonas húmedas y con poca visibilidad.
Invierno poca luz y nieve.
Imagen: BLOg RACCCon la llegada de la última época del año aparecen nuevas formas de poner a prueba nuestra destreza al volante. Uno de los mayores riesgos para todo motorista es la progresiva pérdida de la luz diurna. Conducir de noche es menos seguro que conducir de día, por eso debemos tener mucho más cuidado.
Recomendamos viajar de día, en la medida de lo posible, usar elementos para ver y ser visto, con luces de apoyo o reflectantes de alta reflectancia o visibilidad. Evitar las luces de terceros para que no te deslumbren y afecte a tu capacidad de reacción.