Los neumáticos usados que ya no sirven para la conducción por su desgaste se reciclan para que disfruten de una segunda vida(calzado, carreteras, mangueras o como fuente de energia).El mundo de los neumáticos reciclados es uno de los mejores ejemplos para hablar de la economía circular y sostenible.La vida útil de un neumático va más allá de las ruedas de un vehículo.Potenciar el uso de este tipo de gomas entre los conductores es una de las claves para conseguir cumplir con los objetivos de reducción de emisiones y contaminación marcados para el próximo 2030.
Utilizar, ruedas renovadas cumple a la perfección con las cuatro R (reciclar, renovar, reutilizar y recuperar) que contribuyen a la reducción de niveles de contaminación.Algo que hay que tener en cuenta a la hora de apostar por unos neumáticos nuevos o renovados,es que una rueda abandonada puede tardar en degradarse más de 1.000 años.
En lo que se refiere a consumo de fuentes de energia como el petróleo, la producción de nuevos neumáticos gasta alrededor de 23’5 kilos mientras que en el caso de los reciclados el gasto es de 13 kilos.
En cuanto a las emisiones de CO2 relacionadas con su producción,los neumáticos nuevos de un turismo suponen 63’5 kilogramos de emisiones mientras que en el caso de los reusables se emiten 30 kilos menos. Por último, en lo que se refiere al gasto de agua, producir unas gomas nuevas consume 1.961 litros de agua. Con las recicladas, el gasto de queda en 908 litros.
Apostar por los neumáticos reciclados es un mecanismo para reducir emisiones y ahorrar energía. Además, su renovación y reutilización está regulada por normas específicas de la Comunidad Europea (Reglamento CEPE/ONU 108 y Reglamento CEPE/ONU 109) que aseguran la fiabilidad de estas ruedas y las homologan.